Romper una relación con una pareja es un momento algo difícil para toda persona. Pasar la página es un proceso que puede durar poco o mucho dependiendo de cada uno. Sin embargo, lo que pocos saben es que tal vez se vuelvan a topar con el rostro de esa persona o con sus características más particulares cuando tenemos nuestro bebé.

Desde antiguos tiempos se crearon novelas donde la trama era el extraño parecido que tenía el hijo de alguna mujer con su ex pareja. Este tipo de casos despertó la curiosidad de muchos científicos que decidieron estudiarlo.

El conde Morton decidió que una cebra cuaga se cruce con una yegua árabe. Luego, volvieron a cruzar a la yegua pero con un semental pura raza árabe y fue ahí que se llevó una sorpresa al ver que las crías de este último cruce tenían mucho parecido a la cuaga.

Este curioso hecho fue bautizado como telegonía por August Weismann, pues, sostenía que los hijos podían parecerse a la ex pareja de la madre, sin embargo, en esas épocas fue una teoría desterrada. En ese tiempo se explicó que los espermatozoides que alcanzaron al ovario después de la primera relación sexual podían penetrar en ciertos óvulos que todavía eran inmaduros, quedándose impregnados.

Tiempos después se volvió a hacer un experimento con moscas y los resultados también sorprendieron a muchos al ver que los resultados confirmaban la teoría descartada.

“El esperma, después de penetrar en el útero, es absorbido por el organismo femenino y ejerce una influencia sobre los óvulos que aún no están maduros”, esto fue lo que decía Weisman y aunque en un primer momento fue rechazada esta teoría, los experimentos científicos terminaron dándole la razón después de mucho tiempo.

Fuente: ABC.es

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