La familia más numerosa de Reino Unido era admirada por la sociedad británica. John y Joanne, los padres, eran felices hasta que hace cuatro años un fatal accidente obligó a John, de 46 años, a abandonar su trabajo como conductor de un camión. Entonces, la presión financiera le obligó a tomar decisiones de las que más tarde se arrepentiría. John estafó al estado al disfrutar de ayudas por estar impedido al mismo tiempo que trabajaba fuera de casa. Fue detenido, y el hombre que durante dos décadas había sido considerado como el padre modelo, acabó en prisión.

Según Joanne, en ese momento todo se vino abajo. La familia pasó entonces de ser admirada por toda la sociedad británica a ser criticada y odiada. La presión social y económica hizo que la pareja que, ya llevaba un tiempo discutiendo demasiado, se separara.

Ahora, desde la cárcel, John se disculpa y, según recoge Dailymail, reconoce haber pagado ya sus errores: “He estado casado 20 años y ha sido un buen padre. Defraudé al estado y ya he pagado mi castigo. Fui a la cárcel y pagué todo el di nero”. Su ex mujer sale en su defensa: “No lo estaba haciendo para ir de vacaciones y comprar teléfonos móviles. Lo estaba haciendo para mantener a sus hijos”.

Pero los que peor lo están pasando son los 14 niños, desde que el caso se hizo público la mayoría de los británicos les mira mal. Piensan que la familia se ha estado aprovechando del estado engañando y mintiendo. Los compañeros de clase aprovechan cualquier ocasión para meterse con ellos y es frecuente que encuentren en sus pefiles de Facebook mensajes muy crueles.