Desde sus primeros años de vida Sasha era vestido con atuendos de niño y de niña, originándose toda clase de dudas por parte de sus conocidos, y jugaba con juguetes “sin género” en sus ratos de diversión.

Sus padres, Beck Laxton y Kieran Cooper, decidieron revelar el sexo de su hijo solo cuando se vieron obligados a enviarlo a la escuela. “Quería evitar todo estereotipo”, explicaron. Ambos progenitores no querían conocer el sexo del bebé al momento de su nacimiento. Luego de media hora del parto, supieron que tenían un varón.

Pero este no es el único insólito caso. En mayo del 2011, una pareja canadiense, Kathy Witterick y David Stocker, decidieron que su bebé, al que llamaron “Storm” (Tormenta), crecería “sin sexo”. “El sexo de un niño no debería determinar su puesto en el mundo”, expresó la pareja al periódico británico Times.

Al momento de su nacimiento, enviaron una carta a sus allegados diciendo que en “homenaje a la libertad de elección contra toda limitación”, no revelarían el anuncio acerca del sexo del niño nacido.

“Es una toma de posición a favor del mundo que Storm puede encontrar en la vida: un lugar más progresista”, declaró su padre. Modernas familias las de ahora.