La mayoría de estudios sobre el tema tienen su origen en Estados Unidos, donde existe incluso una American Name Society.

Por otra parte, un artículo de The Week en el que varios expertos fueron consultados sobre el tema explicaba que la influencia del nombre está, sobre todo, en la “percepción” social del mismo.

Las personas y la sociedad perciben y prejuzgan de forma distinta a quien se llama William o Diego. Por ejemplo, si vives en los Estados Unidos, el segundo nombre es signo de pertenecer a una minoría étnica. Son todos estos matices y la carga de significados los que el niño recibe desde su más temprana infancia.

David Figlio, de la Universidad de Northwestern en Illinois, daba mostraba su punto de vista en un artículo de LiveScience: “Hay una razón por la que estos libros son muy populares. El nombre es el primer ‘bit’ de la identidad de un niño y, si nosotros como sociedad le damos importancia, tiene sentido admitir que los nombres de las personas pueden influir en lo que éstas piensan de sí mismas.”