Cuando nuestro pequeño hace alguna travesura o simplemente ha empezado un berrinche, estamos propensas estallar en enojo y, quizás, en la mayoría de veces terminamos diciendo cosas que jamás hubieras querido decir. Pues, lastiman más de lo que puede hacerlo un golpe.

Nunca haces nada bien.- Cada día los niños aprenden algo nuevo, pero exigirles algo que no está a su alcance no nos da derecho de decirle esto. Y en vez de alentarlos a seguir aprendiendo, solo dañamos su autoestima y le creamos el miedo a aprender.

Deberías ser como tu hermano.- Esta es una de las peores frases que puedes decirle, pues, las comparaciones son odiosas y solo crearás celos y rencillas entre ellos.

Siempre me avergüenzas.- Quizás los berrinches y pataletas en la calle sí nos sonrojan porque todos voltean a vernos, pero también debes darte cuenta que es una forma de ellos de pedir atención. Es mejor que busques una actividad donde ambos puedan compartir momentos juntos y tenga la atención que te pide.

Me tienes harto.- Entrar en estrés es lo más fácil cuando nuestro pequeño no se porta bien y se ha encaprichado con algo. Pero en vez de levantar la voz y dañarlo con duras palabras, es mejor explicarles las cosas y hacer un poco de esfuerzo por tenerles un poco más de paciencia.

No sirves igual que tu padre (madre).- En la mayoría de veces cuando los papás no tienen una buena relación es normal que el niño escuche frases como esta. Lo único que logran diciendo que no sirven como su papá o mamá es resentimiento. Ellos quieren a sus papás y hablar mal de ellos les duele mucho.

Si te has sentido identificado con alguna de estas frases, es mejor que empieces a dejar de decirlas delante de tu hijo y busques una nueva forma de corregirlos con amor.