Varias investigaciones afirmaban que aquellas mujeres embarazadas que laboraban por las noches, podían padecer riesgos de tener partos prematuros o bebés con un bajo peso, pero un último informe señala que los efectos son en realidad escasos.

Tras un plan de 23 estudios a miles de mujeres, descubrieron que el trabajo nocturno no está ligado al riesgo de parto prematuro, según revela la Universidad de Insubria en Italia.

Las mujeres que trabajaban por la noche o en turnos rotativos tenían una posibilidad levemente mayor de dar a luz un bebé pequeño dentro de la etapa gestante, pero la evidencia no fue lo suficientemente fuerte como para llegar a “conclusiones contundentes”, informaron los expertos en una publicación.

Según refieren, en teoría trabajar en horarios irregulares podría convertirse en el causante de riesgos en la función reproductiva de la mujer al modificar las actividades naturales del organismo. Un ejemplo es reflejado en un reciente estudio en Estados Unidos, donde se descubrió que las enfermeras con turnos de trabajo rotativos eran más propensas a padecer de períodos menstruales irregulares que aquellas que mantienen horarios fijos, creando la posibilidad de que un horario cambiante afectaría en el plano de la fertilidad. No obstante, el tema se ha analizado de manera superficial.