La investigación demostró que los niños son capaces de identificar diferencias entre la lengua materna y otras con apenas horas de nacidos.

A partir de la semana 30 de gestación, los fetos ya cuentan con todo el sistema sensorial necesario para captar sonidos desde el útero.

La investigación dirigida por Christine Moon, de la U. Luterana del Pacífico (EE.UU.) comparó la respuesta que tenían bebés suecos y estadounidenses a la pronunciación de vocales en ambos idiomas.

El experimento mostró que cuando los niños escuchaban los sonidos en un idioma distinto al de su madre, succionaban el chupete con más fuerza y por más tiempo que los que escuchan la lengua de su madre materna, revelando una gran curiosidad por la voz que les sonaba distinta.

Hugo Lagercrantz, del Instituto Karolinska (Suecia), uno de los coautores de la investigación, cuenta que hasta antes del estudio se creía que los niños nacían sin base en materia de lenguaje y que sólo lo aprendían en los primeros meses.

“Estudios previos indicaban que el feto parece recordar ritmos musicales. Ahora parece ser capaz de aprender el lenguaje de forma parcial”, expresó en un comunicado de su universidad.