Una nueva investigación de la Universidad de Montreal reveló una técnica a través de imágenes de resonancia mágnetica con el propósito de examinar los cerebros de niños de 10 años, hijos de madres que padecieron de depresión durante largo tiempo.

Los especialistas reportaron que aquellos niños poseen una amígdala (la parte del cerebro asociada con las respuestas emocionales) de mayor tamaño. Los resultados determinaron que los cerebros de los niños son sensibles a la calidad de la atención que reciben.

La Dra. Sonia Lupien, investigadora jefa del proyecto declaró no conocer “si ese agrandamiento es el resultado de una exposición a largo plazo a una atención de menor calidad, pero sí muestra que crecer con una madre deprimida se asocia con una amígdala cerebral agrandada”.