La decana nacional del Colegio de Obstetras del Perú, Rosa Elena Lara Valderrama, refirió que existe consenso mundial sobre la mortalidad materna que como indicador describe el desarrollo humano y de un país y constituye un grave problema de salud pública, representa las diferencias de las condiciones de salud y vida de las madres y refleja la máxima expresión de injusticia social.

Por ello, considera relevante que se plantee dentro de la agenda de salud pública del nuevo gobierno, un compromiso inclusivo para que en un país como el nuestro, donde existen cifras altas de mortalidad materna, no sean las mujeres pobres y excluidas las que tienen mayor riesgo de morir por embarazo, parto o puerperio.

Hubiera sido muy importante que el mismo presidente señale la hoja de ruta en este tema, que no solo es una responsabilidad del sector salud, sino involucra a todos los sectores, los gobiernos regionales y la sociedad en su conjunto, aseguró Lara Valderrama.

Señaló que sería importante saber qué lineamientos se establecerán al respecto, más aún cuando se ha reportado un incremento significativo de muertes maternas en la regiones de Cusco, Puno, La Libertad, Loreto y Cajamarca, que concentran el 50 % del total de muertes maternas registradas en lo que va de 2011. Cusco está por alcanzar el 100% de las muertes maternas reportadas en 2010, Puno y la Libertad ya tienen el 55% de los registrados en ese mismo año, y Loreto y Cajamarca tienen el 44% y 34% respectivamente, en relación a los registrados en el pasado.

Refirió que en el Perú, a pesar de los avances, las cifras no logran revertirse (2000: 265 muertes maternas por cada 100,000 nacidos vivos y en 2010: 103 muertes por cada 100,000 nacidos vivos) manteniendo al Perú en un triste 3º lugar, después de Haití y Bolivia. Estas cifras son promedios y esconden las brechas y las mayores cifras que existen en los lugares más alejados del país, aclaró.