Las principales señales son dolor de cabeza, aumenta su intensidad durante la noche y despierta al niño, puede acompañarse de vómito, desviación de la mirada, pérdida del equilibrio, cambios de conducta y cambios en el rendimiento escolar.

También es común la elevación de la temperatura corporal sin causa aparente, inclusive si se proporcionaron medicamentos para la fiebre o infección, palidez o pérdida del color de la piel, sangrados frecuentes en nariz, boca y encías, además de la aparición de moretones.

El constante dolor de huesos que aumenta a pesar de suministrar analgésicos es otro indicador, puede acompañarse de aumento en el tamaño del hueso con afección e incapacidad para el correcto movimiento de los brazos y/o piernas; el dolor se asocia con la actividad física y no disminuye con el reposo.

Otro síntoma es la alteraciones de la visión o en los ojos tales como, el cambio de color que se detecta a contra luz, puede ser que la pupila se vea blanca, cambio de tamaño de los ojos, de las partes alrededor del mismo o disminución de la vista.

La aparición de ganglios (bolitas) en cuello, ingles y axilas, la disminución de peso rápida y progresiva sin causa aparente, es otro factor que se comnidera de riesgo.

Existen otros cambios menos frecuentes que pueden ser avisos para los padres de que algo no está bien, como el aumento de tamaño de uno o ambos testículos, cambios de ánimo o del carácter, salida persistente de secreción en uno o ambos oídos y tos sin causa aparente.