En Estados Unidos, dos pequeños niños de 1 y 3 años se quedaron solos por un rato mientras su madre tomaba un baño. Los traviesos pequeños decidieron que sería divertido jugar con la harina, cubriendo así toda su sala y parte del pasillo.

Grande fue la sorpresa de la madre cuando salió y vio su sala completamente sumergida en un polvo blanco mientras los niños jugaban en el piso cubiertos por harina de pies a cabeza.