Las embarazadas padecen de varios cambios en el cuerpo, que se deben a las fluctuaciones hormonales para que el bebé pueda crecer en un ambiente adecuado. Todas estas modificaciones hacen que aparezcan algunas alteraciones en la piel de la mujer.

No se puede definir una piel estándar en todas las , ya que cada piel se comportará de forma distinta.

A continuación, les presentamos los cambios más notables:

  • Las mujeres embarazadas con una piel del rostro con tendencia sufrir de acné, puede padecer el empeoramiento de este padecimiento. Lo que puede ocasionar lesiones más graves en el rostro.

  • Aquellas mujeres que sufren de rosácea, los brotes serán más intensos en los primeros meses pero puede mejorar según avanza el embarazo.

  • Para las pieles sensibles y secas, su condición se volverá más vulnerable, lo que requiere un cuidado más intenso durante los meses de embarazo.

  • Las pieles mixtas, que no sufren de acné, ni de rosácea, ni son sensibles, pueden presentar granitos e inflamaciones en zonas de marcada influencia hormonal como las mandíbulas y el mentón de forma esporádica durante esta etapa.

  • También la piel del cuerpo se modifica, aparece sequedad y oscurecimiento en zonas determinadas como en la codos y axilas.

  • Hay un riesgo elevado en muchas mujeres de la aparición de estrías, principalmente en la zona abdominal y en los pechos, ya que la distensión de la piel es muy intensa.