A veces es inevitable pensar que ante el más puro amor como el que puede existir entre padres e hijos, pueda verse opacada por una cruel realidad: el maltrato por parte de hijos abusivos hacia sus progenitores.

Aquel niño tirano, que puede pasar de una simple rabieta y mandatos a insultos y ataques, hace que desde temprana edad, los hijos formen un carácter agresivo que los llevarán más adelante a convertirse en personas malévolas. Desde las actitudes de un niño mimado, hacia tomar la posta de un pequeño autoritario, desde temprana edad los hijos pueden ser capaces de destruir la convivencia y la paz familiar.

Según especialistas en psicología, la idea que parte de este tipo de hijos, sean niños, adolescentes o adultos, es creer que mantienen derecho absoluto ante la toma de decisiones en casa, percibiendo de los padres, los encargados de brindar todas las atenciones que ellos merecen.

Otros motivos frecuente por el que los padres no pueden enfrentar esta situación ante los hijos es por el ahorro de tiempo. Para ellos es mejor y más efectivo darles a los hijos todas las atenciones del caso, que entrar en peleas que acrecientan las situaciones dentro del ámbito familiar. Incluso se vuelve más eficaz hacer algo por el hijo antes de esperar el mandato, haciendo que los niños se de cuenta de ello, beneficiándolos y creando por ende un patrón de conducta.