Hay muchos mitos sobre la lactancia materna, pero una verdad universal es que la leche materna contiene los nutrientes necesarios para desarrollo del bebé.

“Mi bebé llora mucho, es porque mi leche no es suficiente, por eso le doy biberón”. La mayoría de mamás asocian el llanto al hambre, pero no siempre es así. Evite darle biberón, pues al acostumbrarse, el bebé ya no querrá prenderse al pecho. Es recomendable mantener la lactancia materna.

“Estoy con gripe, no le debo dar de lactar”. La gripe es un proceso respiratorio viral que se transmite a través de los estornudos o de la tos. Ante ello, colócate una mascarilla, lávate las manos con agua y jabón y continúa dando de lactar. La leche materna le brindará al bebé mayores defensas y evitará que se enferme.

“Como estoy tomando medicamentos, mi leche se cortó”. La mayoría de medicamentos no interfieren con la producción de la leche, pero se debe tener en cuenta que mínimas cantidades de sus componentes se transfieren a través de la leche materna. Si el médico le receta un medicamento y usted está dando de lactar, infórmele para que reciba orientación sobre cómo no interferir la lactancia.

“Mi leche estará fría porque tomo bebidas heladas. Le hará daño a mi bebé, así que no lo pondré al pecho, sino hasta más tarde”. El tomar bebidas heladas o comer helados no altera la temperatura de la leche materna, ésta siempre tendrá la temperatura ideal para que el bebé la tome.

“Mi hijo no come porque le estoy dando pecho”. La lactancia materna no interfiere con la alimentación sólida del bebé. Es importante que el niño se alimente exclusivamente con leche materna hasta el sexto mes, en adelante, se recomienda que acompañe la alimentación complementaria hasta los 24 meses, para asegurar un óptimo crecimiento y desarrollo.