Freya Wells, de 4 años, falleció en el Hospital de Kingston en Surrey de una infección grave. Según contó la madre, quién fue testigo de la muerte de su hija, los médicos no pudieron darle antibióticos de la forma correcta.

“El médico no parecía preocupado en ningún momento. Ellos nunca me dijeron lo que estaba mal y no trataron el caso de la forma correcta ni con la urgencia que debieron”, expresó la madre.

Carly Wells trató de que su hija durmiera pero ella estaba “claramente asustada y quería abrazos”. Hoy en día la investigación sobre la muerte de Freya el 22 de noviembre de 2012 se leyó en un tribunal.

Según la madre, Freya había estado vomitando y sufriendo de diarrea durante unos tres días antes de ser ingresada en el hospital. “Como el tiempo Freya parecía empeorar. Me sentía impotente porque mi niña estaba llorando y pidiéndome que la ayude y los médicos no parecían estar haciendo nada”, expresó la madre entre lágrimas.

“Me acuerdo de besar Freya y decirle “bebé, adiós”. Dios sabe que era lo último que hubiera querido decirle a mi hija. Cuando me dijeron que mi niña había muerto, se sentía como si todo mi mundo hubiera muerto también”, continuó.

La audiencia tuvo que ser pausado después de la Sra. Wells comenzara a llorar, mientras que su declaración era leída ante el tribunal.

Carly Wells piensa llevar el caso hasta el final porque la muerte de su hija fue, en sus palabras, una negligencia. Y aunque hay doctores que explican que aún si hubiera sido atendida a tiempo la pequeña no tenía muchas posibilidades de sobrevivir, la madre piensa que al menos hubieran podido hacer algo por ella.