Cuando experimentamos la maternidad por primera vez, hay miles de cosas que vamos aprendiendo con la práctica. Las cosas se van tornando diferentes a lo que nos imaginábamos y escuchábamos, a veces los momentos no parecen ser tan lindos como parecían o tan horribles como nos decían. Las que tienen más de un hijo saben muy bien que con cada uno de ellos es una experiencia diferente y vamos aprendiendo cada vez más.

Allison Slater Tate es una mamá que no escribió para Scary Mommy una interesante lista de cosas que nadie te dice sobre tu bebé y aquí te la compartimos:

1. La primera vez que ves o cargas a tu bebé, podrías no escuchar coros de ángeles en la distancia

Podrías tener a tu médico aún cosiéndote tu cuerpo, o a una enfermera presionando tu estómago para que salga tu placenta. Podrías tener mucho dolor. Podrías estar más extenuada que lo que hayas estado en toda tu vida. Está bien si no escuchas ángeles. Ya habrá tiempo para tener esos mágicos momentos con tu nuevo bebé.

2. Después del parto, tu primera ida al baño es un evento

No te sientas complicada de permitir que alguien te ayude; no te arriesgues a desmayarte sola. Prepárate porque esto es sólo el principio de tu pérdida de dignidad como madre. Después de todo, tendrás años delante de ti en que no podrás visitar el baño sola. Puedes muy bien empezar ya.

3. Amamantar es difícil

Toma tiempo acostumbrarse a que el bebé se “agarre” y descubrir qué funciona mejor para ti y para tu, posiblemente, histérico recién nacido. Ya sea que lo estés haciendo bien o no, amamantar duele al principio. A veces, mucho. Mis pezones se agrietaron y sangraron con mi primer bebé. La congestión era atemorizante y muy incómoda. Mis pechos irradiaban calor y pulsaban. Pero después de dos semanas y mucha lanolina, la lactancia se convirtió en algo más agradable y más manejable. También: si la lactancia no es para ti o no funciona, eso está –realmente– bien. Al final, la forma en que alimentas a tu bebé es intrascendente comparado con la forma en que lo amas.

4. En tu cuarto día de posparto, muy probablemente llorarás. Mucho

Aquí es cuando tus hormonas caen. En este día tendrás la certeza de que tu vida se ha acabado, que tu compañero es un idiota, y que tú no puedes hacer nada bien. Llorarás porque sí. Tienes permiso. (Pero –si continuas llorando y sintiéndote mal–, busca ayuda pronto.)

5. Si es posible, no te pongas ropa de verdad por unas dos semanas

Una vez que te sales de tus pijamas, la gente espera que estés competente. Usa pijamas limpios, frescos, pero quédate en ellos a menos que quieras cocinar y limpiar y recibir visitas junto con el sangrado, líquidos, filtraciones, y cuidados de otro ser humano por, al menos, las primeras dos semanas.

6. Los bebés no duermen siempre

Esto no es el resultado de algo que hiciste porque ya eres un fracaso como madre. Estos mismos bebés dormirán, eventualmente. Promesa. No puedes arruinarlos de por vida. Otros padres te dirán que sus bebés están durmiendo. Te prometo que están estirando la verdad, o definiendo la palabra “dormir” de una manera diferente a ti o, derechamente, mintiendo.

7. No permitas a nadie hacerte sentir que no eres quien mejor conoces a tu bebé, y no permitas a nadie hacerte pensar que no haces un buen trabajo

No hay una manera correcta de ser padres, y hay muchas maneras de ser buenos padres. Relacionado: no tienes que hacer lo que tu madre, suegra o tu abuela hicieron. Sigue tu instinto.

8. Encuentra apoyo, grupos de vecinas, grupos de lactancia, grupos de madres primerizas del hospital, lo que puedas encontrar

Tener redes de apoyo con otras mamás primerizas puede ser crucial como sustento, incluso si vuelves a trabajar después del permiso posparto. Tener un recién nacido es como irse a la universidad por primera vez: necesitas encontrar a otros novatos de primer año para que todos puedan tener idea juntos.

9. No seas una mártir

Los niños no visitan mártires para las vacaciones cuando crecen. Contrata a alguien o ruégale a tus amigas para que te tengan al bebé mientras te duchas o duermes una siesta. No es fácil adaptarse a ser una mamá. Un día eres una persona que sólo cuidas de ti misma, al día siguiente, no puedes abrochar tu blusa correctamente. No tengas miedo de decir, “esto es difícil,” o “¡esto apesta!” Es difícil y sí apesta algunas veces. Eso no significa que no estés 110% agradecida por la bendición de un bebé, o completamente enamorada de tu bebé.

10. Saca muchas fotos (e inclúyete), porque no recordarás mucho después. Créeme

Más que nada, hubiera querido que alguien me dijera esto: el primer año de maternidad como primeriza es diferente a todo lo que vivirás después, sin importar cuántos hijos tengas. Cada día es un milagro. Cada día es un viaje. Cada día podría parecer que dura 100 horas. Hay luces al final de cada túnel, pero no lo sabrás. Nunca más sentirás como si te estuvieras sacando una A+.

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