Problemas de salud No hay peor carta de presentación de un hombre que sus problemas de salud. Si bien algunos machos pueden tener la creencia que con eso generan una empatía que bordea la compasión, difícilmente habrá una posibilidad de estrechar un lazo o proyectar una segunda si eres un potencial incubador de gérmenes, bacterías y virus.

Deportes y estadísticas. Por lo general, aún cuando sean aficionadas a practicar deporte, a la mayoría de las mujeres les aburre cuando el fútbol, tenis o básquetbol, por nombrar algunos, se toman la conversación. A las mujeres les gusta hablar de sus sentimientos con respecto a la práctica deportiva o qué hacer en sus tiempos libres, no sobre los resultados de la jornada o de estadísticas de futbol. Sólo en casos muy puntuales, tu pasión por tu equipo favorito podrás compartirlo con ella.

No les digas cómo hablar. A ninguna mujer le gusta qué le digan lo que hacer, menos aún les gusta que le digan lo que tiene hablar o cómo decirlo. Eso de dar cátedra de cómo hablar de la manera correcta y adecuada es un “suicidio” social. Corregir, rectificar o sugerir palabras apropiadas son sinónimos de un tipo con un carácter o una personal difícil de congeniar, especialmente cuando algún tema o palabra usada no le parece adecuada.

No te inventes aventuras. Si existe un tópico que a las mujeres no les gusta es la autorreferencia, que hables mucho de ti mismo o de tus aventuras. Ahora si de verdad no quieres aburrir y espantar a la chica que te acompaña ni siquiera pienses en agregarle el elemento “ficción” a tus aventuras. No pretendas ser Superman o Batman, en rigor un justiciero que ha librado a la ciudad de delincuentes, que luchaste contra ejércitos o alcanzas velocidades que ningún humano puede alcanzar.

Hablar de todos los demás. Nunca, pero nunca gastes más del 5% de las conversaciones con una chica, hablando de los demás, pues eso indica que no tienes nada interesante que decir de ti mismo o de la persona con la que hablas. Eso siempre termina pasándote la cuenta, pues ella podría generar un concepto equivocado o terminar por aburrirse. De igual manera, evita hablar mal de otros, ya que si lo haces, podrían tacharte de chismoso, amargado y malhumorado.

Abarcar todo el protagonismo. La clave del éxito en cualquier velada con una mujer es aprender a escuchar lo que dice y entender cuáles son sus intereses. No la satures sólo con cosas tuyas, menos aún quieras ser ser el centro de atención o intentes aparentar algo que no eres. Si no le das tiempo de exponer sus cosas y sentir que le prestas atención, lo más probable es que termine por alejarse o perder interés hacia tu persona.

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