Las mujeres se pueden demorar horas en estar listas, en cambio, los hombres salen en pocos minutos. ¿Cómo se explica esta diferencia?

La diferencia es abismal. Mientras ellas recorren una y otra vez la casa a modo de repaso para no olvidar nada, ellos resuelven la salida de casa en unos pocos minutos. La imagen se repite en todas las parejas. Él esperando, ella siempre corriendo a contrarreloj.

Casi como si estuviera determinado en el ADN femenino, las mujeres inevitablemente, suelen ser las que más demoran.

No es falta de organización, ni siquiera una cuestión de desorden. Simplemente, ellas tienen más cuestiones de las que ocuparse. El maquillaje, la ropa, los hijos y hasta organizar la cartera, suele ser lo que más retrasa. Mientras que para los hombres arrancar el día sólo toma unos minutos.

Las mujeres somos más controladoras, en eso radica gran parte de la demora. Pensar en salir con todo encima te hace sentir más o menos ’armada’ para el día, como si uno pudiera saber qué le va a pasar en la vida.

“Seguramente te va a pasar que necesites algo y tenerlo hace que sean como falsas sensaciones de control. Pensar que porque una está impecable, todo va a salir como se espera”, explicó a Infobae la periodista y escritora Valeria Schapira.

En ese sentido, la licenciada en Psicología Beatriz Goldberg consideró que “la mujer perdió más de lo que ganó en la ganancia de tareas: no sólo debe hacer bien su trabajo, sino que tiene que ser buena madre, hacer la tarea con los hijos y por naturaleza es de cuestionarse más; quiere estar en todo”.

“La mujer se masculinizó y eso le juega en contra, se ocupa de tantas cosas que llegó a ’correr’ al hombre de algunas tareas y eso es mal negocio porque el día sigue teniendo la misma cantidad de horas y además quiere estar impecable”, razonó la especialista.

Y agregó: “Las mujeres pueden hacer muchas cosas en simultáneo, pero a la vez son más autoexigentes; se agendan tantas que suelen terminar llegando tarde”.

Casi como si se tratara de una definición femenina, Schapira consideró que si bien ella no suele ser unas de las que se demora en salir de su casa, sí es cierto que en general, es una cuestión bien de mujeres.

“Siempre te olvidas de algo al salir, eso es inherente al género femenino. Yo no cambio de cartera para no olvidarme nada, destruyo los bolsos, uso el mismo hasta que explota. En mi cartera puedes encontrar de todo. Tengo aspirinas, cepillo de dientes, soy celíaca por eso llevo comida, soy un Farmacity andante”, confesó.

En esa misma línea, explicó que el paso de los años hace que el género femenino tarde aún más a la hora de salir de casa. “Antes ni me maquillaba, no tenía frizz en el pelo, ni usaba un corrector. Ahora tardo más, pero tampoco es que me demoro mucho. Un poco también porque trabajo en casa la mayor parte de mi tiempo, la producción se hace sólo si tengo que ir a un canal, en lo cotidiano ando en calzas y zapatillas todo el día. Soy una mujer muy cómoda, para sufrimiento está la vida”.

“El atuendo del día, en las mujeres, depende del estado emocional. Según el humor a ellas les gusta o no lo que se ponen; el hombre en cambio sabe que tal camisa le queda bien y eso no varía con el ánimo”, ejemplificó.