En el momento en que su cerebro detecta erotismo, los vasos sanguíneos se expanden y se dirige más sangre hacia tu zona pélvica. El aumento de circulación estimula las secreciones vaginales, lubricante natural a base de proteínas y aminoácidos.

La vulva se engrosa y miles de terminaciones nerviosas se encienden en las áreas más sensitivas de la vagina. Los tejidos del clítoris se inflan y endurecen; es una minierección.

Si la mujer está muy excitada, el clítoris puede triplicar su tamaño . Y ha de pasar un rato tras el coito para que vuelva a su estado original. El cérvix se ablanda y, si durante el sexo, un pene o un juguete sexual la acaricia, en el cerebro se pueden encender las mismas áreas de placer que se activan durante los preliminares.

En aproximadamente 10% de las mujeres, las contracciones del suelo pélvico durante el orgasmo pueden expulsar gotas de fluido transparente por la uretra. Si esto ocurre, no te agobies; se trata de una “eyaculación femenina”. Son azúcares y fosfatasa ácida prostática, un compuesto también presente en el semen.