Durante esta etapa, las féminas se pueden volver exigentes buscando rostros marcadamente masculinos, desde una barbilla pronunciada, mandíbula marcada, frente definida y cejas robustas, según señalan nlos sitios La patilla y Terra.

A través de una investigación, científicos declararon que estos rasgos son sinónimo de una buena calidad genética hallada dentro de la naturaleza, y ello no es extraño en aquellas mujeres durante la época en las que pueden procrear.

Algo que causó cierta decepción, fueron los estudios realizados por la Universidad de Nuevo México (EEUU), donde revelan que la inteligencia no causa la misma atracción en aquellos días, convirtiéndose en una de las características más resaltantes de la calidad genética.