“Parece que muchas veces nos asusta ser quien ama más, quien se preocupa más o quien parece tener más expectativas dentro de una relación. Ha pasado el tiempo y a pesar de que en un momento quería guardar mi corazón con llave hoy la historia es muy diferente.”

“Quizás no es lo que estés pensando, pero han sido las mismas rupturas las que me han enseñado esto: no importa si soy quien ama más porque al final del día habré sido honesta conmigo misma y con mis sentimientos.”

“No importa lo mucho que intentes evitarlo, debes comprender que la naturaleza del amor es volvernos más vulnerables y receptivos. ¿Cuál sería el punto de querer estar con alguien si no quieres abrirte a esa persona o mostrarle todo lo que eres realmente? Sé que es algo que da miedo con sólo pensarlo, soy sólo humana y muchas veces he pensado que lo mejor sería simplemente darme por vencida y escapar de todos estos complejos sentimientos. Es posible que en este mismo instante pienses: “no es tan fácil” y no voy a mentir, porque realmente no lo es, aunque si lo piensas, nada lo es.”

“Por años tuve esta preocupación en mi cabeza. ¿Qué pasaría si un día yo era esa persona que amaba de más? Si te fijas bien notarás que mi elección de palabras no era al azar, yo pensaba en “de más” como algo innecesario, algo que sobraba en vez de “más” que simplemente describe una cantidad más grande o más importante. La razón por la que lo veo con más claridad ahora es porque he vivido ambos extremos de la situación y ninguno es mejor que el otro. He amado más, he amado menos, he llorado, he querido con locura y también he salido corriendo. La conclusión final era que simplemente intentar no sentirme vulnerable y evitar dejar correr las emociones a través de mis venas no era una opción. Era como vivir un amor sin amor.”

“Estoy segura que muchas veces nos hemos sentido orgullosas de nuestro desapego. Sonreímos triunfantes antes los muchos e insistentes mensajes de una persona que claramente está interesada en nosotros, y aunque nosotras tenemos el mismo interés, a veces suspiramos y agradecemos no ser “esa persona.” Hoy quiero decirte que no hay razón para evitar nuestros sentimientos y que, aunque no puedo prometerte que será sencillo, es una bella experiencia que no se vive muchas veces en esta vida. Ser la persona que ama más no sólo implica que eres quien siente con más intensidad las emociones dentro de la relación, sino que también estás con alguien que permite ser amado de esa manera.”

“Amando más he conocido la intensidad de mis propios sentimientos, he experimentado lo bueno y lo malo y he comenzado a sentirme más cómoda con mi propia vulnerabilidad. Usualmente lo que nos detiene a la hora de dejarnos llevar es nuestro instinto de preservación y lo comprendo: tampoco soy de esas personas que buscan la auto-destrucción, sin embargo, he comprendido que amar de esta forma no me hace más débil ni más dependiente. Al contrario, me convierte en una persona más auténtica, una mujer que vive bajo sus propias reglas, una mujer que ríe y que sufre, que ama y que siente y por sobre todas las cosas, una persona que ama sin arrepentimiento.”

“Si tengo este sentimiento dentro de mi, si algo que puedo entregarle a otro, si ya no tengo miedo y si voy a vivir una sola vez ¿Qué podría detenerme? Sé que no es tan sencillo y nunca te pediría que des un salto al vacío, pero quiero contarte que desde este lado respiro mejor y camino más feliz. He dejado de seguir las reglas de los demás y hoy me dejo llevar por lo que realmente siento y pienso. He dejado atrás las convenciones sociales que se tienen con respecto al amor y me he prometido a mí misma nunca dejar de amar con esta intensidad, con esta honestidad y con esta vulnerabilidad.”

Fuente: UPSOCL

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