Es una idea común que el sexo enamora a las mujeres, mientras que sólo deja a los hombres queriendo más. Esto bajo el argumento de que la oxitocina, la llamada “molécula del amor”, es la responsable de este efecto en las mujeres.

Sin embargo, Barry Komisaruk, profesor de psicología en la Universidad de Rutgers (Nueva Jersey, EE.UU.), tiene mucho que decir contra este argumento.

En primer lugar, hay que tener en cuenta que la oxitocina se comporta como una hormona cuando se encuentra en el flujo sanguíneo, pero funciona como neurotransmisor cuando se encuentra en el cerebro.

Muy poca de esta oxitocina llega al cerebro y además no hay evidencia clara de cuál es su efecto en el comportamiento humano

Ciertamente el flujo de oxitocina en las mujeres alcanza su cúspide durante el orgasmo, mientras que en los hombres el flujo es más gradual, pero eso es sólo en cuanto a la oxitocina que se encuentra en la sangre.

Cuando la oxitocina es liberada en el torrente sanguíneo, su principal efecto es producir contracciones en el útero para que el semen fluya o para ayudar al feto a salir durante el parto.

Sin embargo, muy poca de esta oxitocina llega al cerebro y además no hay evidencia clara de cuál es su efecto en el comportamiento humano.