El primer paso antes de reconocer o no que se tiene una adicción es hacer un examen de conciencia o comportamiento. Piensa en las veces que te masturbas al día, en si el ritmo ha aumentado con el tiempo y sobre todo, plantéate si podrías estar más de un día sin masturbarte.

Si después de realizar el autoanálisis has llegado a la conclusión de que podrías tener un problema con la masturbación, no te pongas nerviosa.* No es un tema del que tengas que avergonzarte, ni significa que seas una pervertida* ni nada por el estilo. No es más que un problema de conducta que no puedes controlar y a cualquiera podría ocurrirle.

Al igual que la persona que está enganchada a alguna droga dura le puede resultar prácticamente imposible desengancharse sin ayuda externa, es posible que a ti te ocurra lo mismo. Ponte en contacto con tu médico o con un especialista en psicología sexual que pueda ayudarte a superar tu problema.

No pienses que es un problema sin importancia o que se te acabará pasando. Si estás enganchada tienes un problema que podría tener malas consecuencias. Si tu ritmo de masturbación empieza a interferir en tu trabajo o tu vida social puede que al final te acabes quedando sin trabajo o incluso perdiendo a algunos amigos.