Celosos, con doble cara, controladores, promiscuos, la mayor parte de decálogos de temática similar enumeran este tipo de características, que más que negativas son auténticos síntomas de algún tipo de trastorno de la personalidad.

El organizador

Con él no tienes que preocuparte de nada, piensa por ti, escoge por ti y te agasaja.

Su frase: “no te preocupes de nada, ya me encargo yo”.

El pasivo

Todo le da igual. Con él puedes ir al cine y a todas partes, siempre que propongas tú. Sí, definitivamente es un tipo aburrido que puedes llevar contigo como un pesado botiquín, en el que hay tiritas para el alma y la soledad, pero ningún brebaje efervescente. Bueno si lo que quieres es no estar sola y tener un comparsa…

Su frase: “Como tú quieras, cariño”.

El Peter Pan

Nos llevan directamente al reino de la fantasía y de la diversión. Los Peter Pan nos pueden dar pildoritas de buenos momentos porque son hombres divertidos, libres y sin manías ni compromisos, pero no podemos aspirar a convertirlos en nuestro elixir de la felicidad conyugal.

Sus frases: “Nada es realmente importante”, “yo vivo el momento”.

El separado arco iris

Tiene ansia por recuperar el tiempo perdido y es un buen compañero de nuevas aventuras y nuevas experiencias. No ha superado su ruptura y se aturde con nuevas experiencias que su castradora ex no le dejó jamás experimentar. Ideal para probarlo (casi) todo y divertirse a lo loco.

Sus frases: “¿Lo probamos?” y “¿Una separación? No es nada, yo lo tengo más que superado” (dicho varias veces al día).

El seductor

Simpático, se deshace en piropos y en miradas con intención. Es un encanto al que no se puede tomar demasiado en serio, aunque flirtear con él y permitir que entre en nuestra vida como un soplo de aire fresco -que pronto saldrá por otra ventana, es un subidón de adrenalina y autoestima.

Su frase: “eres la mujer más hermosa que he conocido nunca” (o parecido).

El dejado

Todo lo deja para mañana y su vida es un caos desorganizativo en el que el coche se queda sin aceite y se estropea, hace planes de última hora que suelen salir mal y pierde todo. Si logras llevarlo a algún sitio, no es mala compañía. Siempre tiene montones de “aventuras” divertidas que explicar: si lo miras como una película te reirás; si te involucras, te desesperarás.

Su frase: “Mañana…”.

El relaciones públicas

Conoce a todo el mundo, le hacen pasillo para entrar en los locales de moda y está al día de cualquier novedad. La diversión con él está asegurada, pero no es apto para celosas y posesivas ni para tímidas. Si es tan divertido, ¿para qué quieres encerrarlo en casa?

Su frase: “perdona un momento, tengo que saludar a unos amigos”.

El rebelde o el canallita

A las mujeres nos encantan los chicos malos, los hombres duros, difíciles, problemáticos etc. Se puede jugar a ser malas con ellos e incluso a ser más malas que ellos, pero nuestro fallo es que siempre intentamos redimirlos. ¿Para qué?

Su frase: “Vive deprisa”.

El juerguista

Lo conocemos de borrachera superdivertida o de desfase total y damos por supuesto que es un tío divertido que “solo” se extralimita el fin de semana. Nada más lejos de la realidad. Tómalo como un cóctel cuando te apetezca, pero no te lleves la coctelera a casa.

Su frase: “Vamos a hacer la penúltima”.

El criticón

Es una fuente de chismorreos continuos y de comentarios divertidos y críticos. Si quieres paz, olvídate de él.

Su frase: “¡Mira! ¿no te parece increíble…?”

El snob intelectual

Es tan culto, tan exquisito y tan elitista que cualquier actividad que pueda ser mínimamente divertida le parece una pérdida de tiempo o una tontería que no está a su altura. Es fácil pillar una sobredosis de su actitud. Si te interesa la cultura alternativa puede ser una buena fuente de información.

Su frase: “La idiosincrasia de la nueva cultura transcultural radica en la despersonalización” (o cualquier otra memez que parece profunda).

El iracundo

En un primer momento puede pasar por un moderno caballero andante, siempre dispuesto a defenderte ante cualquier ofensa, pero, en realidad, le gusta pelear y tiene un grave problema de autocontrol y de autoestima en general.

Su frase: “Se va a enterar ese desgraciado”.

Doña perfecta

Lo sabe todo y, por supuesto, tiene razón. Además, está predispuesto a compartir su sabiduría contigo y te dice lo que tienes que hacer en cada situación. Sin posibilidad de diálogo.

Sus frases: “Todo el mundo te está mirando” o “¿Cómo has podido hacer algo así?”

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