En las versiones de Disney, el príncipe encuentra a la Cenicienta, Aurora despierta al recibir un dulce beso y Ariel y Eric se casan en un barco frente a familiares y amigos.

Sin embargo, como probablemente ya lo sabes, estas no son las verdaderas historias. Disney adapta los cuentos clásicos para que los niños no tengan pesadillas por el resto de su infancia, pero a las princesas no les va tan bien como parece.

Estas son las verdaderas historias de algunos de los cuentos más populares.

La Sirenita. Hans Christian Andersen escribió un cuento muy diferente al que vimos en la caricatura. En ella, la sirena sólo puede salir a tierra si se toma una poción que la hace sentir como si la apuñalaran en cada momento. Por amor a su príncipe se toma la poción y ¿cómo se lo paga el príncipe? Casándose con otra mujer. La sirena, tirada al drama, se avienta al mar donde se disuelve en espuma.

Blanca Nieves. La historia original no es tan diferente de la versión que conocemos (aunque la reina quería que el cazador le llevara el hígado y pulmones de Blanca Nieves para cenar) excepto por el final en el que los hermanos Grimm castigaron a la bruja haciéndola bailar en zapatos de acero caliente hasta que murió.

La bella durmiente. No es un beso romántico lo que despertó a la princesa en la versión original. Una profecía la hace dormir y el rey, al verla ahí, decide violarla hasta que la embaraza de gemelos. Ella despierta siendo madre de 2 hijos con un hombre que le promete regresar por ella pero, lo que nuestra princesa no sabía, era que el rey, encima de todo, estaba casado con otra mujer.

Cenicienta. Los hermanos Grimm eran fans del karma, como podemos notar en su versión de Cenicienta. Cuando las hermanastras se enteran de que el príncipe está buscando a una doncella de pie pequeño, la madrastra le corta el talón a una de sus hijas para que le quepa el zapato.

El príncipe se entera y se queda con Cenicienta, pero unas palomas les pican los ojos a las 2 hermanastras quienes se vuelven pordioseras ciegas mientras Cenicienta vive en la opulencia.