Ninguna mujer es perfecta, pero eso no hace falta. La dama “Diez” responde a los cánones impuestos por la moda y no tiene porqué ser el ideal de tu chico.

Tus características físicas y tu forma de ser es lo que te hace única y eso que tú consideras un defecto seguro que para él es parte de tu encanto.

Los kilos de más: Encontrar a una mujer que no piense que le sobra algún “rollito” es una auténtica rareza. Cuidarse es indispensable, por supuesto, pero intentar cambiar tu fisonomía con dietas espartanas y ejercicios inhumanos para conseguir estar en los huesos es un grave error. A los hombres, ¡les encantan las curvas!

Pecas y lunares: Esa mancha de nacimiento que no te gusta nada, las pecas de tu cara que te empeñas en tapar con maquillaje o ese lunar que piensas que ¡queda fatal! , son señas de identidad que sólo tienes tú y que seguramente él vea atractivas y especiales.

Canas y arruguitas: Son otra de las preocupaciones habituales que pueden generarte inseguridad a la hora de relacionarte con el sexo masculino. No sufras por los signos del paso del tiempo; te aportan madurez, serenidad y un halo enigmático muy interesante.

Timidez, exceso de sensibilidad y torpeza: La timidez es una característica que gusta a la mayoría de los hombres, sobre todo si de vez en cuando eres capaz de sacar las uñas ante una situación determinada. En cuanto a las torpezas, tropezones, meteduras de pata, etc, recuerda que él tampoco es perfecto y que hay situaciones realmente divertidas por mucho que tú te pongas colorada y pases un mal rato.

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