En el remoto año 1938 una revista publicó una serie de consejos para mujeres solitarias sobre cómo actuar en una cita que, aunque en algunos casos corresponden a directrices reconocidas universalmente de buena conducta, hoy en día suenan en la mayoría de los casos anticuados e hilarantes.

Esta es la lista de “consejos” que una mujer “decente” de esa época debía seguir si salía con un hombre.

No seas sentimental ni intentes llevarle a decir algo que no quiere influyendo en sus emociones. A los hombres no les gustan las lágrimas, especialmente en lugares públicos.

No uses el espejo retrovisor para arreglar tu maquillaje. El hombre lo necesita mientras conduce y le molesta mucho tener que darse la vuelta para ver qué hay detrás.

No te sientes en posiciones desmañadas y nunca parezcas aburrida, aunque lo estés. Estate alerta, y si tienes que masticar un chicle (no se recomienda) hazlo silenciosamente y con la boca cerrada.

Vístete en tu tocador para mantener tu encanto. Estate lista para salir cuando tu acompañante llegue, no lo hagas esperar. ¡Salúdalo con una sonrisa!

A los hombres no les gustan las mujeres que les piden prestado su pañuelo y lo manchan con su barra de labios. Maquíllate en privado, no donde pueda verte.

Las mujeres despreocupadas nunca atraen a los caballeros. No hables mientras bailas, cuando un hombre baila, quiere bailar.

Si necesitas sostén, lleva uno. No estires tu faja y ten cuidado de que tus medias no se arruguen.

No familiarices con tu acompañante acariciándolo en público. Cualquier muestra abierta de cariño es de mal gusto y normalmente lo avergüenza o humilla.

No familiarices con el ‘maître’ hablando sobre lo bien que lo pasaste con alguien más en otro momento. Los hombres merecen y desean tu atención entera.

No hables sobre ropa ni intentes describir tu nuevo vestido a un hombre. Complace y halaga a tu acompañante hablando de las cosas de las que él quiere hablar.

No bebas demasiado, ya que el hombre espera que mantengas tu dignidad toda la noche. Beber puede hacer que algunas chicas parezcan listas, pero la mayoría se vuelven tontas.

No seas evidente hablando con otros hombres. El colmo sería perder el conocimiento por beber demasiado licor. ¡Hay muchas posibilidades de que tu acompañante no vuelva a llamarte nunca!