Desde principios de febrero ha desaparecido el color rojo de las tiendas de flores y regalos, y se ha convertido en un pecado castigado por las estrictas leyes del reino wahabí.

La policía de la moral ha lanzado una campaña para “purificar” las tiendas de cualquier signo de celebración de la “fiesta del amor”, como se llama San Valentín en árabe.

“La semana pasada quité los productos rojos de los escaparates”, dijo Samer al Hakim, vendedor en una tienda de regalos en Riad que tuvo que esconder los de ese color después de que miembros de la Comisión visitaran su local. “Me han dado un folleto sobre una fatua (decreto religioso) que prohíbe la fiesta del amor. Han sido amables en sus consejos, pero me han advertido contra la venta de cualquier producto rojo, aunque sea un muñeco”, añadió.

Además, las personas no musulmanas sí pueden celebrar el Día de los Enamorados en Arabia Saudí, pero nunca en público. “No intervenimos si los no musulmanes celebran la fiesta del amor en sus casas, pero si lo muestran en las calles o en un lugar público, les aconsejamos y les hablamos de la virtud”, afirmó Faisal, quien negó que la policía de la moral practique detenciones por este motivo.

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