1. Una mirada penetrante y tierna sonrisa: Lo más importante ante un primer encuentro, además es un claro reflejo de la imagen que proyectas. Esto no quiere decir que debes adoptar el papel de alguien muy aventada o enviar señales demasiado notorias, pero si la timidez te invade sin prestarle atención, será más complicado que él se decida a hablar contigo. Una sonrisa cordial y natural o una mirada que transmita cariño pueden dar pie a una primera conversación amistosa.

2. Buen ánimo y naturalidad ante todo: Muéstrate siempre genuina y mantén una actitud agradable (recuerda que los malos humores espantan). Eso no quiere decir que te la pases entre risas todo el tiempo, pero siempre es más fácil mantener una conversación con alguien que demuestre una actitud positiva y mentalidad abierta para hablar sobre todo tipo de temas.

3. Diálogo equilibrado: Después del “impacto” físico, las primeras conversaciones son las que determinarán las posibilidades de que se origine algo más. Escúchale con atención interesándote por sus opiniones y por su forma de pensar (se sentirá halagado). Por supuesto, habla también sobre tus puntos de vista, pues eso generará más curiosidad en él.

4. Demuestra seguridad pero sin intimidar: La imagen de “chica desvalida” está muy pasada de moda. Muéstrate segura de lo que piensas y haces, pero sin que ello de a entender intransigencia o rechazo ante cualquier tipo de detalle o galantería. La seguridad en ti misma no está enfrentada con la femineidad.

5. Algo de misterio: ¡Nuca falla! Aquel halo enigmático y reservado les resulta de lo más atractivo. ¡Cuidado!, una cosa es que les parezcas interesante y otra que te vea inaccesible y hasta antipática.

6. Puntos en común: Tienes que descubrirlos porque de ellos puede depender una primera salida juntos. Sus hobbies, su deporte favorito, el tipo de cocina que más le gusta. Si ya se están conociendo ¿Por qué no ser tú la que tome iniciativa la para una cita?

7. Sensualidad: El toque especial que las hace irresistible a los ojos de un chico. No depende sólo del físico ni de la belleza externa sino de un conjunto de características. Desde tus atuendos, tu perfume, tu manera de expresarte, de mirarle…Deja que él descubra, de manera sutil, en los pequeños detalles, tu lado más sensual. Tu mejor arma de seducción.