Es común que muchos problemas e insatisfacciones surjan en la dinámica de una relación de pareja. Algunas mujeres se sienten atrapadas en un remolino que no tiene ni pies ni cabeza, así como también muchos hombres viven con amargura haber perdido la magia y el entusiasmo del principio.

Para que tu relación no caiga en esto, te entregamos las reglas de una buena relación de pareja que pueden hacer la vida mucho más interesante para ambos:

Atracción física

Cuando empezamos una relación, el primer elemento que nos atrae suele ser el aspecto exterior. Curiosamente está entre las cosas que más tienden a descuidarse una vez que se establece la pareja. Es por esto que no importa cuánto tiempo tenga la pareja de establecida: Es necesario tratar de seguir siendo atractivos físicamente. ¡No te descuides!

Atracción intelectual

Es bueno seguir compartiendo momentos exclusivos de los dos. Pasear tomados de la mano por un parque, hacer maratones de películas y todas “esas cosas” exclusivamente suyas. Trata de que esas situaciones especiales se sigan manteniendo.

Atracción afectiva

En el seno de una pareja debe existir un sentimiento que se concrete en la frase: “Tú a mí me importas”. Ello implica que si me importas deseo tu bienestar, tu crecimiento, tu desarrollo, tu independencia y tu felicidad. Este es el verdadero amor, y no el sentimiento posesivo y controlador que suele ser la regla.

Comunicación

Se refiere a que tratemos constantemente de que nuestros sentimientos y palabras sean entendidos por el otro, pero esto al mismo tiempo que hacemos un esfuerzo por entender los sentimientos y lo que el otro dice.

Empatía

Se refiere fundamentalmente a la capacidad para “ponernos en los zapatos del otro”. En las relaciones de pareja es indispensable tratar de entender el sentir y el motivo de las acciones del otro desde su propia vivencia y perspectiva.

Respeto a la individualidad

Desgraciadamente existe la idea generalizada de que cuando se forma una pareja, ambos deben perder su individualidad y fusionarse. Al unirse dos personas en una pareja siguen teniendo cada uno con sus propios intereses, necesidades, gustos y metas. Es cierto que se han unido para un proyecto común, pero como personas autónomas deben respetar el espacio de otro.