Es innegable que después de mantener relaciones sexuales (y sobre todo después de alcanzar el orgasmo) se llega a un estado de relajación perfecta. Pero además, está demostrado científicamente que el sexo baja los niveles del estrés y la ansiedad gracias a que disminuye la segregación de cortisol, conocida como la hormona del estrés.

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1. Fortalece los músculos pélvicos

Los grupos musculares utilizados en el acto sexual requieren su propia rutina de ejercicio. Los ejercicios de Kegel son una estafa en potencia, o una gran idea. En todo caso, el piso pélvico no es la única zona que se refuerza y tonifica con el sexo: los cuadríceps, el abdomen y la espalda alta también reciben lo suyo. ¿Sabías que el sexo también previene problemas de la vesícula biliar y la función intestinal?

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2. Ayuda a conciliar el sueño

Como en una sesión de ejercicio aeróbico, el sexo te deja listo para un descanso reparador. Todos sabemos que masturbarse es casi tan bueno como un somnífero (sin los efectos secundarios) y, si ya estás cansado por el trasiego del día, la cereza del final (el clímax) puede ser un buen orgasmo.

3. Regulariza los ciclos menstruales

El estrés puede retrasar el ciclo menstrual de una mujer. Además de que el sexo reduce el estrés y libera oxitocina, también regula los cambios hormonales, volviendo los ciclos menstruales más regulares. Por otro lado, las píldoras anticonceptivas pueden hacer que tu ciclo sea errático nuevamente (tristes paradojas).

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4. Podría salvarte la vida

Algunos factores que suman años a tu calidad de vida se centran en tu función cardíaca y tu estado físico, pero sobre todo en el nivel de felicidad percibida; sin embargo, según un estudio del British Medical Journal, los hombres sexualmente activos viven hasta dos meses más que los que rara vez tienen sexo.