Eran dos, ahora eres sólo una. Ya no puedes decir “nosotros”, te imaginas muriendo sola y triste, pensando en él. No puedes creer lo que pasó.

¿Qué hacer para salir de un trance que parece peor que la muerte?

Seguí estos tips.

-No lo llames, no le ruegues, no le pidas explicaciones. Él ya decidió y no volverá por ti por más que le prometas de todo. Cuanto más llores peor es: no es sexy una mujer patéticamente desesperada. Tu tarea ahora es olvidarlo extirpándolo de tu corazón. Duele, pero sana.

-Gran parte de lo que parece amor es obsesión. Desobsesionate.

-Armate un “grupo soporte” de amigos y amigas que te contengan cuando te sientas débil.

-Cuenta toda la ruptura de punta a punta una y otra vez a tus amigas más cercanas, sin culpa de ser reiterativa o deprimente. Es tu tiempo de desahogo. Te toca ser escuchada y relatar todo mil veces hasta entenderlo… ¡Y asumirlo!

-Lee muchos libros, sumérgete en historias y aprende de ellas, no tienen que ser libros de amor, puedes leer lo que tu quieras para que enriquezcas tu mente y alma.

-No mires comedias románticas, de parejas que se reconcilian, ni nada de eso. Te hacen creer que la vida es más simple de lo que es, y te refuerzan la esperanza de volver a estar en sus brazos.

-Haz muchas cosas divertidas que te entretengan y que siempre te hayan gustado: remar, pintar, sacar fotos, escribir…

-Haz cosas que te cansen: cocinar, limpiar u ordenar los armarios.

-Visita parientes y amigos con niños pequeños: son súper graciosos y viven el presente a full. Te harán olvidar tus penas y te conectarán con el aquí y ahora.

-No dejes fotos de él a la vista ni escuches la música que escuchabas con él.

-No te tortures pensando que está con otra. Quizás esté solo. Quizás con alguien que lo aburre y que no te llega ni a los talones.

-Redecora tu dormitorio de modo que sea irreconocible para él y te marque el comienzo de una vida nueva.

-Sal a conocer gente nueva. Acepta todas la invitaciones aunque prefieras quedarte en la cama llorando.

-No salgas en serio con nadie por un buen tiempo. Si es peor que él, lo extrañarás el doble. Si es mejor que él, querrás repetir con él la historia anterior y todo se irá al diablo porque este es otro y es bien distinto. Y te creerá loca queriendo retomar “ritos” de pareja que él desconoce. El nuevo no es reemplazante de tu ex. Es otro que merece una historia nueva, y desde cero.

- Piensa que así como lo conociste, pudiste no haberlo conocido jamás e igual serías tu misma. Haz tu vida como si jamás lo hubieras cruzado en tu vida.

-Ándate de viaje sola. Es hora de que comiences a llevarte bien contigo misma y seas feliz en soledad.

-Cómprate una mascota adorable, que te acompañe y entretenga, a quien acariciar y cuidar. Te dará endorfinas que mejoran el ánimo.

-Deja que pase el tiempo: a los seis meses, lo que era un dolor lacerante se convierte en una frustración triste, pero llevadera. Ya no queda dolor insoportable, sino mucha pena por lo que pudo haber sido y no fue.

Todo pasa. En seis meses, como máximo, estarás recuperada, pensando cómo pudiste sufrir tanto por ese hombre. Te lo garantizo. Y una vez “curada”, vas a conocer a alguien tan fascinante que sentirás que, al dejarte, tu ex te hizo un enorme favor.

¿Cómo pudiste creer que era el mejor? ¡El mundo esta LLENO de hombres mejores! También te lo garantizo. ¡Arriba ese ánimo! Hay un amor leal y real que te espera ahí afuera.

Por Ana von Rebeur es periodista, escritora y humorista. Es la autora de “Todas Brujas: las ventajas de ser mala”.