Dicen que cuando te enamoras, sientes euforia y que tus rodillas se debilitan. Se supone que cuando llega la persona adecuada “simplemente lo sabes”. Es algo frente a lo cual no tienes control alguno.

Por otra parte, hay otro tipo de gente me dice que amar a alguien es una “elección”, algo que sí puedes controlar. He descubierto que no están hablándome de la misma fuerza, más bien, de dos fuerzas completamente diferentes: estar enamorado y amar.

¿La mayor diferencia? Una puede existir sin la otra, mientras la otra no. Amar es escoger el amar. Amamos a nuestros padres por que van hasta los fines de la tierra por nosotros. Amamos a nuestro amigos porque podemos confiarles todo.

Amamos a nuestros novios por que son los que están ahí para nosotras. Pero, ¿cómo sabemos si estamos enamoradas de nuestros novios?

El año pasado, rompí con mi ahora ex-novio. Una mañana, desperté y me di cuenta de algo: no estaba enamorada del hombre que estaba a mi lado.

Cuando traté de explicarle lo que quería decir, no pude encontrar las palabras adecuadas. No puede expresarme fluidamente por que apenas podía entender por qué sentía lo que estaba sintiendo.

Todo lo que pude decir finalmente fue que me sentía insatisfecha. Cuando intente racionalizar, concluí que le tenía mucho cariño. Lo respetaba, confiaba en él. Incluso lo amaba, pero no estaba enamorada de él.

Si estás enamorada de un hombre, amarlo vendrá automáticamente dentro del paquete, pero no necesariamente tienes que estar enamorada de un hombre para amarlo.

De vez en cuando me pregunto si debería haber tomado la oferta de noviazgo que algunos de mis amigos hombres me hicieron. Las decline todas, y sigo soltera.

Siempre los amare, y para algunos, amar puede ser suficiente. Pero, para otros, enamorarse, sin elección ni razones, es la única forma de experimentar el amor. No quiero empezar una relación con alguien teniendo la esperanza de poder enamorarme de él más tarde.

Es mi creencia que nosotros, como humanos, tenemos cada uno umbrales únicos para lo que creemos que significa “estar enamorados”. Deberíamos permanecer en nuestros propios umbrales y tener fe en ellos.

No podemos juzgar el amor de una pareja frente a otra. No podemos juzgar la manera en la que una persona ama frente a la manera en que lo hace otra.

No podemos juzgar a la mujer soltera por preferir la soltería porque no se ha enamorado. Quizás es el extremo de enamorarse y desenamorarse del amor mismo lo que separa los lógicos de los soñadores.

Este artículo fue escrito en en Elite Daily.

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