Si este es tu caso, estos consejos que recopila la Dra. Dona Jackson Nakazawa son para ti.

1. Menos dicho, más tiempo

Decir menos y dejar que pase más tiempo cuando estamos resolviendo algo difícil, ser una persona reactiva siempre es una jugada inteligente. Nos ayuda a ser menos explosivos, y a dejarlo ir. Muchas veces, con el tiempo, lo que nos aburre simplemente desaparece.

2. Esperemos a ver qué pasa

Normalmente no tenemos la necesidad de responder o reaccionar a personas difíciles o situaciones de inmediato, por lo cual pensamos mucho en que decir o hacer después. La psicóloga budista Sylvia Boorstein aconseja que es mejor darnos la oportunidad de esperar y ver que pasa después.

3. Muévete y no te eches la culpa

Quedarse estancado en eventos del pasado y tratar de echarle la culpa a alguien (incluyéndote) es poco productivo. Las cosas malas y los malentendidos muchas veces se dan por una serie de eventos, como un efecto dómino. Normalmente no se le puede echar la culpa a una sola persona por el resultado final. Sylvia Boorstein tiene un dicho que nos recuerda esta verdad: “Primero paso esto, luego eso, y después eso. Y así es como pasó lo que pasó.”

4. Trata de no caer en el estado mental de otras personas

Otro dicho de Sylvia Boorstein que lo dice todo.

5. Resuelve tu problema más grande primero

El profesor de meditación budista Norman Fischer sugiere que sin importar lo que haya pasado, el problema más grande que tenemos es nuestra ira. La ira crea una nube de emociones que nos aleja de responder de una manera clara y productiva. En este sentido, la ira es nuestro mayor problema. Hazte cargo de ti mismo –medita, haz ejercicio, sal a caminar, di menos y dale más tiempo, lo que necesite– antes de encargarte de los demás.

6. No trates de entender a los demás

Esta es otra enseñanza de Norman Fischer. Pregúntate a ti mismo, si los otros trataran de entender lo que estas pensando, o cuáles son tus motivaciones, ¿Qué tan acertados estarían? Probablemente no tendrían idea de lo que realmente está pasando por tu cabeza. Entonces, ¿Por qué tratar de entender lo que otros están pensando? Lo más seguro es que no estarías en lo correcto, lo que quiere decir que todo ese pensamiento no fue nada más que una pérdida de tiempo.

7. No eres un mago del tiempo

Cuando nos quedamos en los eventos del pasado constantemente buscamos la manera en que debimos haber hecho las cosas para prevenir arrepentirnos. Pero lo que pasó ayer está en el pasado tanto como está lo que pasó hace mil años o más en el tiempo de los Mayas. No podemos cambiar lo que paso en ese entonces, ni podemos cambiar lo que paso hace una semana.

8. Perdona, por tu bien

El psicólogo budista Jack Kornfield enseña que, “no es necesario ser leal a tu sufrimiento.” Somos tan leales a nuestro sufrimiento, dice, “enfocándonos en el trauma de ‘lo que me paso.’ Si, paso. Si, fue horrible. Pero ¿es esto lo que te define?” Perdonar no es algo que hacemos por la otra persona. Perdonamos para poder vivir libres del agudo sufrimiento que viene con aferrarnos al pasado. En otras palabras, Kornfield enseña a, “Perdonar por ti.”

9. Tómate un tiempo de 90 segundos

Para liberar tu mente, primero debes dañar tu patrón de pensamientos. El neuropsiquiatra Dan Siegel, MD, dice que “después de 90 segundos una emoción llegará y caerá de nuevo como una ola en la orilla. Date 90 segundos aproximadamente 15 respiraciones profundas para dejar de pensar en esa persona o situación. Has quebrado ese ciclo de pensamientos –y lo aferrado que estaban estos a ti.