Orejas. A muchos chicos les gusta que les acaricien las orejas. Este lugar es a menudo olvidado, pero al acariciarlo puedes calmarlo o excitarlo. Simplemente coloca tu pulgar y dedo índice en el lugar donde el lóbulo de su oreja conecta con el cuello. Luego jala hacia abajo delicadamente y deja que tus dedos se deslicen del lóbulo, regresa al punto de partida y repite.

Pies. De acuerdo a la antigua práctica de la reflexología, los talones son el punto donde se cree que al tocar puede disparar el deseo sexual. ¿Te sientes muy atrevida? Deja que sus pies toquen “accidentalmente” tus pechos.

Atrás de las rodillas. Es un lugar donde se sienten cosquillas, pero en el calor del momento, la parte de atrás de las rodillas también puede ser un punto de placer. La piel de esa área es más suave y delicada. A muchos hombres les encanta ser acariciados y besados ahí.

Vientre bajo. Comienza a la altura de su ombligo y de ahí baja las caricias. El área abdominal que está entre el ombligo y la pelvis es el lugar perfecto para tocar. Como el flujo sanguíneo va hacia la pelvis y la tensión sexual se junta, no cabe duda que es un área para estimular.

Muslo interno. Piensa en esta parte de sus muslos como la envoltura del regalo. Cuando acaricies esta zona tu chico se pondrá en el mood muy rápido. Lentamente mueve las yemas de los dedos de arriba hacia abajo en el área interna del muslo.

Párpados. Cuando sus ojos están cerrados, besa y acaricia (con mucho cuidado) sus párpados, demuéstrale lo mucho que lo quieres y aprovecha el momento para subir la temperatura, esto le gustará mucho

Cuello. Puedes utilizar las yemas de tus dedos para acariciar gentilmente su cuello y clavícula para aumentar la excitación. Pero para mejores resultados mezcla un poco las cosas. Piensa en estimular dos áreas al mismo tiempo: masajea su cuello con una mano, mientras que besas el lóbulo y acaricias con la otra mano su pecho, llevándola hacia abajo.

Cuero cabelludo. Puede que no parezca un lugar muy sexual, pero definitivamente debes considerarlo, piensa en el cuerpo de los hombres como un paisaje totalmente erógeno. Después de todo, la cabeza está llena de términos nerviosos y al darle un ligero masaje en la cabeza, puedes disparar las hormonas buenas.