El perrito. La posición de la mujer “en cuatro patas” lidera el ranking de las favoritas de los varones.

El sometido. El hombre se acuesta boca arriba y la mujer se sienta encima de él, pero dándole la espalda. ¿Por qué les encanta? Porque tienen una visión directa de nuestro trasero.

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Patita al hombro. Esta posición ofrece al hombre una gran vista, ya que puede ver con toda claridad lo que está que está ocurriendo, lo que puede aumentar su excitación.

El loto. Para practicar esta posición, el hombre debe sentarse arriba de la cama y cruzar las piernas. Tú tienes que sentarte frente a él, encima de sus muslos. Abraza con tus piernas la cintura de él.

Posturas de pie. Están entre las favoritas de la platea masculina. Suelen ser súper excitantes y los hombres sienten que tienen el control, en especial cuando la mujer está contra una pared. Un agregado interesante es hacerlo cerca de algún espejo vertical, para ver los movimientos de los cuerpos reflejados.

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La cucharita. La mujer se acuesta de costado, con las rodillas formando un ángulo de 90 grados y el hombre se acuesta de la misma forma detrás de ella. “La penetración puede ser vaginal o anal, según lo disponga la pareja. Si los movimientos son suaves y coordinados, y la penetración lenta y profunda, los cuerpos se fusionan como piezas de rompecabezas. La posición refuerza la fricción del clítoris, reconfortante y gustoso para ella y tremendamente excitante para él”, lanza Mabel Iam en su libro El amante perfecto.

La mujer arriba. Él se acuesta y tú te sientas encima, mirándolo a los ojos. Es la mejor postura para que la mujer alcance el orgasmo, pero también tiene grandes ventajas para ellos.

Del molino o del helicóptero. El hombre se acuesta boca arriba y vos te sientas sobre él. Usando el pene como eje, tienes que girar tu cuerpo en 360 grados. Solo para atrevidos.