¿Cómo dejar de protegernos y autosabotearnos en temas relacionados con el amor? Casi todos podemos conectarnos con este tema a través de un par de maneras en las que nos defendemos y nos protegemos cuando se trata de enamorarse.

¿Cómo podemos superar el miedo que sentimos ante la intimidad para encontrar y mantener este amor que deseamos?

En este post la Dra Lisa Firestone nos enseña un método para alejar el miedo. El miedo a la intimidad no es un problema que no tenga solución, pero encontrar dicha solución significa que debemos aceptar que tenemos un problema.

La única persona a la que puedes controlar en una relación o en una discusión es a ti mismo. Al ser honestos y admitir la resistencia que ponemos a la hora de conquistar ese amor que decimos querer, nos empoderamos para cambiar el 100% de la mitad que nos corresponde de esa dinámica.

Aquí podrás encontrar algunas acciones cruciales que puedes realizar a la hora de comenzar a acabar con las barreras internas que tenemos que alejan al amor de nosotros.

NO TE PIERDAS: Carta a la chica que piensa que puede estar sola por siempre

1. Revisa tu historia: para descubrir las maneras en las que nos protegemos del amor, ayuda mucho mirar hacia el pasado

Podemos comenzar analizando nuestra relación actual o nuestras relaciones pasadas. ¿Dónde se encuentran las dificultades? Si la relación se acabó, ¿en qué momento comenzó a fallar? ¿Qué problemas se repetían una y otra vez? ¿De qué forma puede que estemos actualmente o que hayamos, en el pasado, alejado a esa persona de nosotros? ¿Qué pensamientos hicieron que hiciéramos eso? ¿Qué cosas nos decíamos a nosotros mismos la última vez que provocamos a nuestra pareja, comenzamos una discusión, actuamos fríamente, rechazamos a un ser querido, rechazamos una invitación, ignoramos a alguien o no fuimos afectuosos o que destruimos un compromiso?

A medida que vamos identificando estos pensamientos o ‘voces internas críticas,’ que llenaban nuestros pensamientos en dichas ocasiones, podemos comenzar a reconocer tópicos y comportamientos recurrentes y comenzar a reconocer patrones. Podemos ver como nuestras propias defensas operan de manera sistemática para protegernos del amor. Puede que notemos que tenemos problemas al ser reconocidos por nuestra pareja o que nos da rabia cuando él o ella piden que los apoyemos. Puede que una mirada cariñosa nos produzca rechazo o que rápidamente nos sintamos inseguros o rechazados.

Una vez que comenzamos a conocer nuestros patrones, podemos llegar a la raíz de todo. Podemos analizar nuestra infancia para ver en qué lugar nacieron estas adaptaciones. ¿Fuiste rechazado por alguno de tus padres o alguien que te cuidara o había alguien que impusiera sus visiones por sobre las tuyas? ¿Tu familia te tiraba para abajo? ¿Había algún tipo de interacción destructiva entre tus padres? ¿Notaste alguna vez un tipo de dinámica negativa en las relaciones que influyeron en como actúas hoy en día?

Las actitudes y comportamientos de los cuales fuimos testigos cuando niños usualmente forman, de manera inconsciente, la manera en la que pensamos y actuamos cuando somos adultos. Tener a alguien que nos ame, y nos vea de manera diferente a la forma en que nuestros padres lo hacían cuando éramos niños genera un desafío único que pocos de nosotros parecemos esperar en nuestras relaciones en la adultez. Tener una relación romántica adulta, amorosa y que nos satisfaga usualmente representa un quiebre con el patrón que nuestra familia tiene a la hora de relacionarse.

PUEDES LEER: Por qué una mujer se vuelve fría luego que le rompan el corazón

2. Deja de escuchar a tu crítico interno

Intenta reconocer esa vocecita que tienes en tu cabeza que te llena de comentarios como, “No te ama de verdad, no seas tonto. Sigue con tu vida antes de que te hiera de verdad.” Analiza la forma en la que esta voz interna te mueve a evitar situaciones donde haya intimidad o donde te sientas vulnerable.

“Tan sólo te está manipulando, no dejes que conozca a tu verdadero yo. No puedes confiar en nadie.” Piensa en cómo esto te hace sentir mal tanto a ti como a los demás y como perjudica la confianza que sientes. “Eres muy fea/gorda/pobre/extraña como para estar con alguien. Nadie se interesará en ti.”

A lo largo de tu vida, este proceso de pensamientos cruel e intrigante intentará evitar que encuentres el amor. Darte cuenta de ello te ayudará a dejar de verlo como si esta fuera la realidad o como si esto fuera realmente lo que piensas. Hará posible que te separes de esta voz y que actúes en contra de sus perjudiciales órdenes. Recuerda que separarte de esta voz interna significa dejar ir a una parte vieja de tu identidad, que aunque sea poco placentera, también puede representar comodidad debido a lo familiar que te es. Separarte de esta voz crítica te generará ansiedad, pero es una batalla que vale la pena pelear. Superar la ansiedad y contradecir a esta voz crítica cada vez que aparezca te permitirá descubrir y convertirte en tu verdadero ‘yo.’

TE RECOMENDAMOS: ¿Qué es lo que pasa cuando le rompen el corazón a una mujer?

3. Desafía tus defensas: es fácil volver a esas actividades viejas y cómodas que hacen que nos sintamos protegidos pero solos

Aunque nos hacen sentir solos, frustrados o incapaces de amar nos refugiamos en estas defensas porque nos protegen del resto del mundo. Nuestras defensas, sin importar lo atractivas que parezcan, no son nuestras amigas; lo único que hacen es impedirnos que logremos nuestras metas.

Puede que, cuando niños, se haya sentido amenazante o incluso peligroso abrirse con alguien o demostrar lo que sentíamos ante nuestra familia, pero estas mismas defensas ya no nos sirven en las relaciones que tenemos hoy en día. Quizás hacer como que no nos importaba nos ayudó a no sentirnos rechazados o invisibles, pero esa actitud hará que se nos haga difícil aceptar el amor que sentimos hoy en día. A medida que comprendemos la forma en la que ciertas adaptaciones que nos servían cuando niños son dañinas para nosotros en el presente, podemos cambiar estos comportamientos instintivos y, con el tiempo, convertirnos en la persona que queremos ser en nuestra relación.

4. Acepta lo que sientes

Todos conocemos ese dicho que dice ‘El amor nos hace sentir vivos,’ y es uno de esos clichés que son totalmente ciertos. El amor nos hace sentir cosas. Aumenta nuestra capacidad de sentir felicidad, pasión y vitalidad. Sin embargo, también nos puede hacer más sensibles al dolor y a la pérdida. Enamorarnos puede recordarnos de cosas que sufrimos en el pasado, puede hacer que seamos más conscientes de realidades más existenciales.

Desafortunadamente, no podemos escoger que cosas sentimos y que cosas no. Cuando intentamos evitar sentir dolor, también estamos quitándonos la posibilidad de sentir amor y felicidad.

Que alguien nos importe tan profundamente nos hace sentir todo de una forma más profunda. Cuando estas emociones se hacen presentes, debiésemos abrirnos a ellas y sentirlas. Puede que nos preocupe que las emociones más fuertes se apoderen de nosotros o de nuestra vida, pero la verdad es que las emociones son pasajeras cuando no tratamos de bloquearlas. Por ejemplo, la tristeza siempre viene en olas, y cuando nos permitimos sentirla, también nos abrimos a sentir mucha felicidad.

5. Sé vulnerable y abierto

Muchos de nosotros vivimos con el terror de ser vulnerables. Se nos dice desde pequeños que seamos inteligentes y fuertes. El mundo de las citas acepta, e incluso promueve, esta cultura de estar constantemente jugando un juego. No la llames por al menos 3 días. No digas ‘Te amo,’ primero. No le digas como te sientes. No dejes que vea lo mucho que te gusta.

Ser vulnerable demuestra fortaleza, no debilidad. Significa ignorar esas voces internas que tienes en tu cabeza y actuar siguiendo lo que realmente sientes. Cuando haces esto, aprendes que puedes sobrevivir incluso si te hieren y serás capaz de vivir de forma más honesta sabiendo que has sido tú mismo incluso cuando el mundo a tu alrededor no era perfecto.

Evita hacer reglas a seguir en cuanto a las relaciones. Sigue lo que sientes mientras buscas la fortaleza que existe en saber que nadie más que tú es responsable de tu propia felicidad. Puedes evitar ser víctima del mundo exterior y de tu crítico interior actuando con integridad, dejando de lado tus defensas y siendo tu mismo.

Comprometerse con estas acciones y jugársela por tu relación son cosas naturales en el proceso de crecer y convertirte en tu propia persona. Podemos comenzar desafiándonos a aceptar el amor: devolver una mirada amorosa en vez de darnos vuelta avergonzados, podemos comportarnos amorosamente con nuestra pareja en vez de alejarnos y protegernos, podemos analizar nuestras defensas con curiosidad y compasión y comenzar lentamente a cambiar nuestra parte dentro de esta ecuación que limita nuestra capacidad para amar.

Sí, puede que nos hieran a lo largo del camino, pero es importante notar que como adultos, somos resilentes. Cuando nos abrimos al amor, creamos el mundo en el que vivimos.