Cada cabeza es un mundo. Eso ya lo sabemos. Y de que “en gustos se rompen géneros”, no cabe la menor duda. Sin embargo, la ciencia ha logrado descifrar en pocos y simples puntos qué es lo que nos atrae físicamente de un hombre.

Al menos esto es lo que afirma Matt Johnston, un periodista y productos de televisión a través de un divertido video que circula en Business Insider.

¿Cuáles son los rasgos que hacen a un hombre atractivo?

1. La simetría

Parece que los estudios renacentistas acerca de la geometría y la proporción para dar con el canon de belleza no iban desencaminados: una cara y un cuerpo simétricos hacen parecer a los hombres más atractivos de cara a las mujeres ya que, al parecer, es éste signo de buena salud y de genes de calidad. Esto lo afirma un estudio de la Universidad de Nuevo México.

2. Una voz grave

Según concuerdan la mayoría de las mujeres, una voz profunda y grave no sólo resulta más sexy, sino que además es más fácil de recordar y, en todos los sentidos, más atractiva y varonil que un tono agudo. Lo afirman los investigadores de la Universidad de Aberdeen.

3. La mandíbula

Los biólogos evolucionistas han afirmado en numerosas ocasiones que las mujeres se sienten más atraídas por las mandíbulas grandes y anchas, signo de una salud reproductiva sólida. Tanto la mandíbula prominente como la voz grave parecen ser, además, atributos asociados a las características que tradicionalmente se han tenido por más varoniles o masculinas.

4. Los ojos

Según los estudiosos de la Universidad de California en Irvine, al margen de la importancia de la mirada, la propia fisonomía de los ojos parece jugar también un papel fundamental. El anillo limbal es el círculo oscuro que rodea el iris. Pues bien, cuando éste se presenta más negro y delineado, más atractivo resulta. Está relacionado también con una buena salud y una genética insuperable.

5. La altura

A las mujeres les gustan los hombres altos de espalda proporcionada y, sobre todo, les gustan los varones más altos que ellas. Según cuenta el vídeo de Business Insider, en 2000 se realizó un estudio en la Universidad de Liverpool que concluía que los hombres que tenían descendencia eran 2, 54 centímetros más altos que aquellos que no habían traído niños al mundo.