Son observadores: “Los seductores no suelen entrar ‘a saco’. Se toman un tiempo, aunque sea unos segundos, para analizar a quién quieren seducir. Con los datos que obtienen empiezan su juego: si ven que eres cuidadoso con tu aspecto, te dirán que qué bien luces; si llevas una melena preciosa, te lo dirán y te halagarán por tu buen hacer; si eres una persona comunicativa, te pedirán que lo seas con ellos. Una vez que han abierto las puertas de nuestra autoestima, entonces empiezan a presentar sus puntos fuertes”, dijo la experta.

Dejan que sea la persona seducida quien se sienta seductora: “Es decir, permiten que sea el otro quien tome la iniciativa de acercarse a ellos una vez que han descubierto esos puntos maravillosos”, explicó Mila.

El seductor maneja con gran acierto las distancias físicas: La psicóloga señaló que un seductor/a “suele mantener la mirada algún segundo más. Parece como si tuviera gran interés, pero no más de lo necesario, que podría resultar intimidatorio”.

Puede dar algún toque ligero: Puede ser en la mano o en el hombro, y lo hace de una manera delicada que no resulta incómoda, afirmó.

Pregunta y se interesa por la otra persona: “aunque en realidad no les interese más que por unos minutos”, siempre se muestra interesado en lo que el otro dice, aseveró la experta.

Con información de BioBioChile