El vestido de la novia tradicionalmente ha sido el inmaculado blanco, una casi eterna costumbre que dio inicio en el siglo XVI. Antes de este momento, algunos diseños preferidos por las mujeres a punto de casarse, eran usualmente el color plateado para las bodas de la realeza, un símbolo que predominaba.

Hoy en día la costumbre vuelve a cambiar, el color blanco ha quedado en el pasado reservado para las novias que desean seguir con un mito histórico mientras que muchas vuelven a elegir una diversidad de tonos.

El color rojo por ejemplo, significa pasión y la mujer que lo viste tiene que tener gran personalidad, pues no es muy común ver un vestido en este tono caminado hacia el altar.

Si eres una novia atrevida, tienes diferentes opciones para escoger tu color y diseño, desde el turqueza, amarillo, rojo, morado, hasta el color negro. Una amplia gama espera para hacerte brillar en tu gran día.