La protagonista de una boda siempre es la novia, se roba las miradas de los invitados y causa impacto con el vestido que escogió para ese día tan especial.

El vestido tiene la fuerza de revelar el lado glamosoro, contemporáneo, ingenuo, sensual, clásico, romántico, bohemio o cual sea tu personalidad. En un momento tan especial es importante sentirse cómoda en un vestido que resalte tu figura y feminidad al máximo.

No importa si la boda se celebra en casa, en la playa, en un banquete, en una iglesia o por civil, igual los ojos de todos serán puestos en ti y en lo que llevas puesto. Por su puesto escoge el vestido de acuerdo al lugar y temática de tu celebración, ya que el diseño quedará en tu memoria y fotografías.

Aquí algunos tipos de vestidos:

Tradicional: ajustado en el torso y del talle sale una falda acampanada. Ideal para aquellas novias soñadoras.

Princesa: la falda del vestido sale de la cintura, es vertical y ceñida al cuerpo. Buena opción para mostrar las novias románticas.

En forma de A: pegado al torso y la falda cae en forma de A. Para las novias elegantes y clásicas.

Imperio: justo debajo de la línea del busto sale la falda y es suelta, no entallada. Para las novias con estilo rústico.

Sirena: se caracteriza por ser envolvente, recto y muy pegado al cuerpo. Para las novias glamorosas.