Cuando una pareja decide casarse e inicia los preparativos de su boda con toda la ilusión del mundo (reserva la iglesia y el lugar de la recepción, elige el banquete, hace la lista de invitados, selecciona la música, etc.), no suele pensar en la posibilidad de que la tan esperada boda, no se pudiera llegar a realizar.

Cualquiera que sean los motivos, ninguna causa de rompimiento es agradable para ninguna de las partes involucradas y llega a ser hasta muy embarazoso por todo lo que se tiene que pasar después del mismo. Así que aquí les damos algunos consejos para que traten de sobrellevar esta situación.

Enfrentando el rompimiento

Sea como sea, en algunos casos una ruptura definitiva antes del matrimonio puede ser la mejor solución, aunque no por ello, deja de ser dolorosa, sobre todo si la decisión la toma un integrante de la pareja sin consultar al otro con anterioridad.

El anillo de compromiso

La situación de la devolución del anillo de compromiso, es demasiado personal y difícil de tomar; si él fue quien terminó el compromiso, la novia tiene todo el derecho de conservar el anillo, en caso de que lo quiera hacer y el novio no tiene por qué exigir la devolución del mismo; en caso contrario, si ella fue quien dio por terminada la relación, tendrá que devolverlo.

¿Cómo avisar a los invitados?

El avisar a los invitados sobre la cancelación de una boda, es quizá una de las etapas más penosas que los novios deberán atravesar. De todas formas, traten de hacerlo de la manera que a ustedes más les agrade y les haga sentir menos incómodos:

A los familiares y amigos más cercanos, lo mejor será que se los hagan saber personalmente o vía telefónica.

Si aún no han enviado las invitaciones, con sólo el hecho de pasar la información de boca en boca, será más que suficiente.

Si tienen el tiempo suficiente, pueden mandar a hacer unas pequeñas notas, dando a conocer la cancelación de la boda. No se necesita explicar mucho.

La devolución de los regalos

Como es lógico, si la boda ya no tendrá lugar, deberán devolver todos los regalos a cada unos de los invitados, con una pequeña tarjetita pidiendo una disculpa por las molestias ocasionadas.

Después de este tan amargo trago, será momento que los novios se dediquen a ellos mismos, tratando de mirar hacia adelante, ver la vida de una manera positiva y pensar que esto es lo mejor que pudo pasar ¡Aunque no lo crean!

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