Cuando planeamos el día de nuestra boda, soñamos con reunir a toda la familia. Pues, es el pretexto perfecto para volver a ver a familiares y amigos después de muchos años, sobretodo si viven lejos. Pero, ¿Qué pasa cuando justamente esa persona importante en nuestra vida no puede estar presente en el día que daremos el gran paso?

Este fue el caso de Sarah. Su mejor amigo y cómplice de toda la vida fue su hermano, quien ahora es un infante de la marina. Al enterarse que no podría estar presente en la boda, Sarah lloró desconsoladamente una noche anterior, pues, una de las personas más especiales para ella no estaría presente. Sin embargo, no contaba que a última hora su hermano consiga el permiso para acompañarla en este gran día.

Ante las extrañas caras de sus invitados, Sarah comienza ver a su alrededor pensando que algo andaba mal. Fue una grata sorpresa ver a su hermano ingresar por una esquina con su uniforme de la marina. Las lágrimas y la emoción se desbordaron en ese conmovedor reencuentro.

Sin duda fue una de las mejores sorpresas que pudo recibir en el día de su boda.