Según la dueña de la mascota, Lizzie, de 26 años, su novio le propuso matrimonio el pasado verano, pero en otoño la muchacha se enteró de que su querido dragón barbudo George padecía cáncer.

Para salvar al reptil, era necesario someterlo a un curso de radioterapia. Lizzie consultó la situación con su prometido y recibió su visto bueno para posponer la boda y financiar el tratamiento del lagarto con parte de los fondos ahorrados para los preparativos de su gran día.

Como resultado, el curso de radioterapia para George le costó a la pareja británica unos 3.600 euros y convirtió a la mascota de Lizzie en el primer dragón barbudo en someterse a ese tratamiento. George se siente bien; la fecha de la boda de Lizzie sigue sin conocerse.