No hay que ser un erudito para entender que somos imperfectos y, como seres imperfectos, cometemos errores.

El problema es que aunque pedimos que comprendan que no somos perfectas, no somos comprensivas con ellos.

Así como nosotras, ellos también se equivocan. Pero eso no quiere decir que tengan el derecho de reaparecer cuando se les de la regalada gana y estropearlo todo con más “ floros baratos ”.

Si te estás preguntando hasta qué punto debes “aguantarlo/soportarlo”, la respuesta es bien simple:

No lo soportes. No lo aguantes.

Y con esto no quiero decir que termines con él/cortes palitos a la primera discusión o por simplemente no estar de acuerdo.

Lo que quiero decir es que no tenemos por qué “soportar” cuando sabemos “aceptar” lo diferentes que somos, no solo en el sexo (femenino, masculino) sino en lo mental. Ambos son de diferentes familias, por lo tanto tienen distintas costumbres; ambos han vivido diferentes experiencias. Todos somos únicos y tenemos que aprender que no siempre concordaremos en todo.

*PERO, si la persona en cuestión te falta el respeto, la cosa cambia. #GameOver

Recordemos que lo más importante y aquello que jamás puede faltar entre dos personas, es el respeto. Y si eso se pierde… ¿de qué estamos hablando, pues? Échale tierrita, dale tus últimas bendiciones y dalo por muerto.*