“Querido “tú”,

No sé si te conozco o si aún no nos hemos cruzado, pero de lo que sí estoy segura es de que existes. No sé si estás solo o con la mujer equivocada, pero espero que puedas leer esto.

Te he buscado por tanto tiempo y cada vez que pensaba haberte encontrado, me sorprendía con alguna careta, alguna mentira … algo que me demostraba que no eras tú, que simplemente era uno de esos que pretende ser alguien que no es.

Te he buscado entre páginas de libros, las películas de Woody Allen, “señales del destino”, esas que para la gente son coincidencias, pero para mí, son pistas. Te me has escapado tantas veces.

Así que te escribo esto para comunicarte que a partir de hoy, no te buscaré más.

He llegado a comprender que uno tiene que buscar constantemente oportunidades para crecer académica y profesionalmente, pero en cuestiones del amor, uno no busca… encuentra. Así que quién sabe si te conozco, pero aún no te he descubierto; quién sabe si te conoceré después de que hayas leído esto y te atrevas a hablarme… quién sabe.

Mientras tanto y sin prisa, me dedicaré a seguir cultivándome a mí misma. A invertir todas mis energías y buenas vibras, mi talento y mi esfuerzo, en lograr mis sueños y en compartir mi vida con las personas que me aman y a los que suelo llamar “familia” y “amig@s”.

Quiero que sepas que sé que existes, pero no me quedaré sentada esperándote tejiendo una chalina para cuando tengas frío, mientras la vida corre… Voy a divertirme. Voy a seguir avanzando y haciendo lo que considero correcto. Voy a seguir mejorando por mí.

Si nos encontramos, espero que no sea buscándonos.

Hasta pronto, o no tan pronto. Hasta algún día ”.