No faltan en desfiles, y en tendencias de alta costura pueden llegar a constituir verdaderas obras de arte. Por lo tanto, su peso estético es fundamental desde hace décadas, y puede ignorar todos los problemas que puedan generar.

Parecer más altas es una de las razones más comunes por las que llevar tacones, además de para estilizar el cuerpo con esa nueva altura, aunque también son populares porque suelen ser zapatos más finos y más elegantes. Además, algo que mucha gente desconoce es que llevar este tipo de calzado puede subir el trasero entre 30 y 40 grados.

Por otro lado, también hay razones psicológicas en esta elección tan dañina para nuestra espalda. Algunos sociólogos de la Universidad de Portland concluyeron que a las mujeres se sienten más atractivas sexualmente si sus piernas miden un 5% que la mitad superior del tronco, algo que cada una consigue con distintos tamaños de tacón.

En este sentido, andar con tacones puede contribuir a dar una imagen de mayor sensualidad, ya que nos contoneamos más. El perfil del cuerpo también se hace más curvo, ya que los tacones hacen que los músculos de las piernas y del trasero estén más firmes.

Otro efecto psicológico de llevar tacones es el de sentirse con mayor autoridad respecto a los demás. Calzar tacones puede hacernos sentir más seguras y con más confianza respecto a los demás, de manera que se aconsejan si se está en una situación en la que se quiera mostrar rigor y seriedad.

Por último, el estudio también destacó que los tacones pueden hacer que alguien parezca más atractivo porque una mayor altura es símbolo de vigor y salud, mientras que una persona muy baja tiene un mayor riesgo de padecer alguna enfermedad cardiovascular y el segundo tipo de diabetes. Brandon Páramo