Un estudio clínico internacional ha constatado que la incorporación de un nuevo fármaco al tratamiento estándar contra el precoz HER2 positivo después de que las pacientes pasaran por el quirófano logró reducir en un 20% el riesgo de recaída.

Este ensayo en fase III, que cuenta con una amplia participación española, se presenta hoy en la cuarta jornada del congreso anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), que desde el pasado jueves reúne en Chicago a 30.000 expertos de todo el mundo.

La investigación, publicada simultáneamente en la revista The New England Journal of Medicine, se centró en pacientes con HER2-positivo en fase inicial, que supone entre el 15 % y el 20 % del total de tumores de mama.

Y demostró que aquellas a las que se les administró el anticuerpo pertuzumab junto con el tratamiento estándar consistente en quimioterapia y otra molécula, trastuzumab tienen un 20 % menos de riesgo de que la enfermedad reaparezca de forma invasiva.

Tres años después, el 94,1% de las participantes que probaron el nuevo tratamiento estaban libres de cáncer de mama invasivo, en comparación con el 93,2 % de las que se limitaron al tradicional.

El beneficio de pertuzumab fue ligeramente mayor entre los pacientes con nódulo positivo, en las que la tasa de supervivencia libre de enfermedad invasiva a tres años fue del 92 %, mientras que en el otro grupo fue del 90,2 %.

Respecto a los efectos secundarios serios, fueron bajos y muy similares en ambos casos: la insuficiencia cardíaca o la muerte relacionada con el corazón fue del 0,7 % en las mujeres del grupo pertuzumab y de 0,3 % en las del otro, mientras que sí fue mayor la aparición de diarrea severa (9,8 % frente al 3,7 %).

En declaraciones a un grupo de periodistas, el director del Memorial Sloan de Nueva York y padre del pertuzumab, Josep Baselga, celebró haber demostrado con este estudio que se puede aumentar el tiempo sin recaer de estas pacientes y auguró que “muy posiblemente se convertirá en un nuevo estándar”.

Ahora, el siguiente paso es “personalizar los tratamientos y aprender el riesgo de cada paciente para poder acertar el tratamiento”, resaltó el oncólogo español, quien valoró también la seguridad y la baja toxicidad del anticuerpo.

Para este ensayo, España aportó más de 300 pacientes de las casi 5.000 participantes (8 % del total), a través del Grupo SOLTI de Investigación en Cáncer de Mama con 9 centros, y del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (Geicam), con 31.

El presidente de este último y de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), Miguel Martín, señaló que con él se han conseguido beneficiar “mujeres jóvenes, de 50 años de media, una edad en la que son el centro de la familia en todos los países occidentales”, por lo que evitar que recaigan “es un hecho de un interés social enorme”.

Mientras que Eva Ciruelo, presidenta de Solti y oncóloga del Hospital Doce de Octubre de Madrid, resaltó que se trata de una combinación que “puede salvar vidas y evitar recaídas en las pacientes de mayor riesgo”.

Si bien precisó que se trata de un estudio con un seguimiento muy corto y que puede tener nuevos y diferentes resultados de cara a ampliar el espectro de pacientes a las que se les puede administrar el nuevo tratamiento.

Fuente: EFE