Aunque no lo creas, hay personas que se dedican a estudiar este tipo de hábitos tan cotidianos para poder explicar si lo hacemos bien o mal y por qué. Al menos, es lo que dice la antropóloga Leslie Turnbull.

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Hace unas semanas, esta especialista publicó un amplio reportaje en la revista digital The Week, sobre la forma perfecta de bañarte.

No regular la temperatura

Es muy importante no bañarse con el agua demasiado caliente porque la grasa natural del cuerpo se elimina y esto reseca nuestra piel y la deja vulnerable. Lo ideal es ducharse con agua templada, esto es, entre 35 y 37 grados centígrados.

Lavarse la cara

En lugar de lavarte la cara inmediatamente después de levantarte, lo mejor es hacerlo bajo la regadera, especialmente si usas algún tipo de limpiador especial. El agua templada abre los poros y facilita la limpieza.

Bañarse de arriba abajo

De acuerdo con la Dra. Turnbull, lo mejor es empezar lavándonos la cabeza, e ir limpiando el resto de partes de nuestro cuerpo de arriba a abajo. Ahora bien, tampoco es necesario (ni conveniente) lavarse el pelo a diario. Lo ideal, a no ser que por cualquier razón te hayas ensuciado especialmente, es lavarlo cada tres días.

Sobre el shampoo, agrega la especialista, no es necesario frotar demasiado el cabello, pues si es delicado puedes dañarlo. Utiliza las yemas de los dedos, no las uñas, para aplicar el shampoo, masajeando el cuero cabelludo para favorecer su circulación. Después, aclara suavemente. No te olvides de aprovechar el shampoo para lavar también tus orejas.

Enjabonarse el cuerpo

Una vez que hayas terminado con la cabeza llega el momento de limpiar el resto del cuerpo con ayuda de una esponja. Turnbull recomienda usar el Salux, un tipo de esponja alargada muy conocida en Japón, pero el proceso es el mismo con cualquier herramienta. No es necesario echarnos una tonelada de gel

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Cuidado con las partes íntimas

Tanto en hombres como en mujeres, es muy importante la higiene y limpieza de los genitales. Lo ideal, asegura Turnbull, es que lavemos nuestras partes íntimas solo con agua y evitar el jabón. Diversos urólogos y ginecólogos advierten de los riesgos que tiene que el jabón penetre en el interior de la uretra o la vagina, así que es mejor evitarlo en la medida de lo posible.

Afeitarse o depilarse

Si lo haces casi al final del baño el vello estará húmedo y tus poros abiertos, y el proceso será más sencillo. Acuérdate de secar tu cuchilla después de cada uso. Y plantéate instalar un espejo en la ducha, para que tu afeitado sea más sencillo y, sobre todo, más seguro.

Puedes orinar

Aunque hay gente a la que le da asco, muchas personas piensan, por el contrario, que es una buena idea. ¡Después de todo, la orina es tuya! Los médicos opinan que no hay ninguna razón higiénica para no hacerlo. La orina se elimina igual de bien que en el escusado y se gasta mucho menos agua. Además, a no ser que tengas una infección, la orina es estéril.

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Lavarse los pies

Mucha gente cree que el agua con jabón que pasa por el plato de la ducha es suficiente para limpiarlos, pero no es verdad. Los pies requieren de un frotado igual que el resto del cuerpo, para eliminar toda la suciedad, las bacterias y la piel muerta.

FUENTE: ActitudFem