Cuando se habla de adicciones inmediatamente se piensa en alcohol o en drogas. Sin embargo, existen otro tipo de factores adictivos no por ello menos peligrosos. El sol es uno de ellos. “La tanorexia es una adicción patológica al bronceado, y quienes la padecen consideran que su piel siempre está pálida”, explica el secretario general de la Sociedad Argentina de Dermatología, Roberto Glorio. Quienes la padecen se someten a largas y compulsivas horas bajo el sol porque siempre se ven “pálidos”.

Se trata de un término que, en realidad, aún no cuenta con la aceptación total de parte de la comunidad médica.* “Se enmarca dentro de los trastornos dismórficos corporales tales como la anorexia, la vigorexia o la novedosa ortorexia* que consiste en la adicción a los productos saludables”, agrega el profesional. Es decir, quienes lo padecen tienen un desfasaje en su esquema corporal que en este caso los hace ver pálidos o “transparentes”.

Así, se someten a largas y compulsivas horas de exposición bajo el sol o incluso a reiteradas sesiones en las camas solares, desafiando arrugas, manchas en la piel y hasta el tan temido cáncer de piel a largo plazo.

“La adicción al bronceado enmarca un patrón obsesivo compulsivo de la personalidad alentado por un requisito social”, describe Glorio. Y en realidad, es fácil de comprobar. ¿A quién no le han preguntado qué ha hecho en sus vacaciones si no regresa bronceado? En efecto, la piel dorada es sinónimo de ocio, de bienestar e incluso, de belleza.

La tanorexia se inscribe dentro de las patologías propias del siglo XXI que responden a un patrón sociocultural que pondera a las mujeres extremadamente delgadas y bronceadas como modelos de los saludables.

Ahora bien, ¿cómo diferenciar a quien gusta de estar bronceado de quien padece tanorexia? “Es sencillo”, advierte Glorio, “quien tiene este trastorno endógeno nunca está conforme con el tono de piel alcanzado, siempre se ve pálido y cree que puede estar aún más bronceado”, explica.

En su afán por alcanzar ese objetivo, se someten a conductas que, por su exceso, se convierten en nocivas. Y en ese grupo se incluyen las reiteradas sesiones en camas solares. Hecho que llevó hace algunos años a que esta técnica favorecía la aparición del cáncer de piel. Muchas campañas de concientización han llevo a las personas a tener cuidado con este tipo de bronceados.

Fuente: Lapatilla.com